Pretendo con esta bitácora presentar mis reflexiones sobre la situación presente y la posibilidad de seguir pensando en otro mundo posible, mejor para todos, especialmente para los que peor viven. A pesar de los vientos que soplan. O mejor: si somos capaces de hacerlo, aprovechando la fuerza del viento contrario.

miércoles, 18 de enero de 2012

El gobierno de los sabios, la vergüenza y la justicia



          Avanzaba el siglo IV a. C. y en Atenas la democracia se degradaba progresivamente: el año 399 el conocido como Tribunal de los Quinientos condenó a muerte a Sócrates, uno de los hombres más justos que habían vivido en la ciudad. Platón, su más devoto discípulo, decepcionado por esa y por otras experiencias negativas, orientó su pensamiento con una neta intencionalidad: elaborar una propuesta de un orden político que hiciera imposible la corrupción y la injusticia. Ese proyecto se conoce como "el gobierno de los sabios".
          La idea era heredera del pensamiento moral de Sócrates: puesto que el hombre es bueno por naturaleza -opinaba el filósofo ateniense-, cuando conoce el bien lo practica espontáneamente. Platón aplica al ámbito político esta manera de pensar y concluye que los más sabios serán los hombres más honestos y, por tanto, los que mejor gobernarán la ciudad: «... lo que a mí me parece es que lo que dentro de lo cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la Idea del Bien. ... y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público.» (República, Libro VII, 517c).
          Sin entrar en los detalles de la utopía platónica, hay que destacar sobre las demás una de sus características: el fundamento de la acción política no puede ser otro que la ética. Por eso, según el Protágoras, Zeus otorga a los hombres, para que sea viable la convivencia en la ciudad, el arte de la política y para que esta sea posible concede a todos la vergüenza y la justicia. El mito -relato simbólico- mediante el que Platón explica esta idea termina con la promulgación de una dura ley: Zeus dispone «que todo aquél que sea incapaz de participar de la vergüenza y de la justicia sea eliminado, como una peste, de la ciudad.» (Protágoras, 322 b-d.)

         La crisis financiera actual nos devuelve al gobierno de los sabios.
        En los últimos meses del 2011 hemos visto cómo los "sabios" de nuestro tiempo, es decir, los economistas, han ido ocupando el poder en países o instituciones de la Unión Europea y de otros Estados importantes del mundo: Los Primeros Ministros Lucas Papademos en Grecia y Mario Monti en Italia y Luis de Guindos como Ministro de Economía en España, por quedarnos en nuestro entorno más cercano.
          Platón se sentiría satisfecho: al cabo de tantos siglos, primero sus paisanos y la nueva República de Roma después se habían dado cuenta de que lo que importa para que el Estado se organice armónicamente no es otra cosa más que el conocimiento, la sabiduría...
          Platón se sorprendería también -y también favorablemente- al ver que ese régimen de caos y desorden que es la democracia, no fue un obstáculo para que estos sabios ocuparan el puesto al que por eso, por lo mucho que saben, se hicieron merecedores: la democracia se rindió ante el saber y se le sometió obediente.
          Y su satisfacción llegaría a su más alto nivel al comprobar que, estos sabios, como él propugnaba en sus mejores tiempos de la Academia, despreciaban como opinión engañosa y sin fundamento el conocimiento originado en la experiencia: para conseguir crear empleo, es necesario recortar derechos a los trabajadores (las reformas del mercado laboral no son otra cosa); se abarata el despido, se recortan los salarios, se suprimen beneficios sociales... y el desempleo sigue aumentando; es necesario ajustar el déficit fiscal para recuperar la confianza de los mercados y, para ello, se recortan servicios sociales esenciales, como educación, sanidad, pensiones... y la caprichosa prima de riesgo sigue creciendo. La ruina a la que están llevando a Grecia las políticas de ajuste fiscal impulsadas por estos sabios y por los que ocupan la dirección de la economía Europea, frente al despegue, lento pero parece que firme de Islandia, el único país de nuestro entorno que eligió la dirección contraria para salir de la crisis no son un argumento para que corrijan las políticas de ajuste que están beneficiando únicamente -también este es un dato de experiencia-  a los bancos, a los banqueros y a sus principales clientes. La experiencia no es fiable, es pura apariencia. Frente a ella se alza nuestra razón... ¡o nuestros intereses!
          Pero, quizá, lo que más sorprendería a Platón es la poca justicia y la poca vergüenza de estas políticas.
         Poca justicia -ninguna- porque los que van a pagar la crisis son sus víctimas y los culpables acabarán siendo sus beneficiarios.
          Y poca vergüenza porque no parece ni ético ni estético colocar en los puestos clave de las instituciones que teóricamente deberían dirigir la salida de la crisis y a la cabeza de los países que más están sufriendo sus consecuencias a quienes tuvieron responsabilidad directa en la generación del problema. A título de ejemplo:
  • Mario Draghi, el actual presidente del Banco Central Europeo, fue vicepresidente de Goldman Sachs International, cuarto banco de inversión del mundo. Mientras él era uno de sus máximos responsables de en Europa, ese banco asesoró al gobierno de Kostas Karamanlis sobre como ocultar la verdadera magnitud del déficit griego, para poder entrar a formar parte del euro.
  • Mario Monti, actual presidente del gobierno italiano, que ha sido director europeo de la Comisión Trilateral, un grupo de presión de orientación neocapitalista fundado en 1973 por David Rockefeller, que también fue miembro de la directiva del Grupo Bilderberg.... también fue asesor de Goldman Sachs durante el período en que esta compañía colaboró en el maquillaje del déficit de Grecia, siendo presidente del gobierno Kostas Karamanlis.
  • Lukas Papademos, como Mario Monti en Italia, ha llegado a la presidencia del gobiernos sin pasar por las urnas, gracias a sus méritos académicos, gracias a su sabiduría. Pero si hay una persona que tuvo que estar perfectamente informada de las maniobras mediante las que Goldman Sachs enmascaró el déficit griego, esa no fue otra que Lukas Papademos, responsable de pilotar la transición de la dracma al euro ya que entonces era presidente del Banco Central de Grecia, cargo que ocupó hasta que en el año 2002 fue nombrado del Banco Central Europeo.
     Pero la guinda de este pastel está representada por nuestro flamante ministro de Economía y competitividad, Luis de Guindos que cuenta, entre sus numerosísimos méritos, el haber sido desde 2006 Consejero asesor para Europa de Lehman Brothers y director de la filial del banco en España y Portugal, donde estuvo hasta la quiebra y bancarrota de éste en 2008, quiebra que se considera como el inicio y el desencadenante de la crisis que ahora sufrimos.

              Lo peor de todo es que no nos están sacando de la crisis sino que, por lo que vemos que sucede a diario, cada vez nos meten más de lleno en el atolladero. Y la gente de a pie sufre cada día un poco más.
              ¿Será porque no es verdadera sabiduría la de estos presuntos sabios? ¿Será la suya simple opinión, mera y engañosa apariencia? ¿O serán intereses sin más, pura injusticia, cínica desvergüenza?


2 comentarios:

  1. Esto es hacer filosofía, sí señor. He disfrutado desde la primera hasta la última palabras y no porque no hubiera pensado lo mismo que tú sino por haberlo explicado de un modo tan sencillo lo que debería ser sencillo y estos cantamañanas lo hacen complejo en detrimento del bien común. Un abrazo.

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  2. Excelente reflexión. Todo lo que escribes no hace más que poner luz en medio de tanta oscuridad. Un fuerte abrazo

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