Pretendo con esta bitácora presentar mis reflexiones sobre la situación presente y la posibilidad de seguir pensando en otro mundo posible, mejor para todos, especialmente para los que peor viven. A pesar de los vientos que soplan. O mejor: si somos capaces de hacerlo, aprovechando la fuerza del viento contrario.

martes, 10 de abril de 2012

Reformas no, ¿expropiación? ¡tampoco!, ¡expolio!

Expolio


    Después de comprometer su palabra en el sentido de no “meter la tijera” en pensiones públicas, Sanidad y Educación porque «Ahí hay que respetar los derechos de los ciudadanos», en un incumplimiento más de lo prometido en la larga campaña electoral en la que el PP acusó al gobierno de Rodríguez Zapatero de ser el origen de todos los males, después de anunciar un presupuesto en el que se impone un recorte  de 27.000 millones de euros, después de algunas declaraciones contradictorias entre diversos dirigentes del gobierno y del PP, en una simple nota de prensa se anuncia un nuevo recorte de 10.000 millones de euros en Sanidad y Educación.
    Mentira. Eso es lo primero que me sugiere esta noticia.
    Mentirosos: los que prometieron hacer una cosa y hacen exactamente lo contrario.
    Pero la mentira parece ser un ingrediente absolutamente imprescindible en política; al menos en la política que sufrimos en España y en Europa desde hace ya mucho tiempo.

Noche de luna negra (detalle)
Carl Hofer, 1944
    Pero decir “mentira” es decir muy poco.
    El mismo Presidente de Gobierno, cuando sólo era aspirante a serlo, dejó claro que Sanidad y Educación son derechos de los ciudadanos y que los derechos no se tocan. Él lo dijo; y él mismo se desdice. ¿Se ha encontrado con circunstancias tan extraordinarias que le obligan a hacer lo contrario de lo que prometió?
    Si es así que explique esas circunstancias y, después, que nos pregunte a los ciudadanos si estamos dispuestos a que se nos arrebaten nuestros derechos; yo, que no lo voté, acataré la decisión de la mayoría; pero si la decisión es contraria a las pretensiones del gobierno, que se vaya, que se vayan.
    No será así. El gobierno no respeta al pueblo, no obedece a la ciudadanía, sino a los malditos mercados. Y esto ya es mucho más grave. Porque el gobierno que así actúa, aunque haya surgido de unas elecciones formalmente libres, ha perdido, por ese mismo hecho, la legitimidad democrática.

    Lo que va a hacer el gobierno es expropiar, o más exactamente expoliar la herencia que hemos recibido de nuestros padres y la que pretendíamos dejar a nuestros hijos.
    El Diccionario de la real Academia española define la expropiación de este modo: «Privar a una persona de la titularidad de un bien o de un derecho, dándole a cambio una indemnización. Se efectúa por motivos de utilidad pública o interés social previstos en las leyes.»
    Pues lo que va a hacer el gobierno es privar a toda la sociedad española de dos bienes, de dos derechos (insisto, según expresión de nuestro presidente). Y lo va a hacer sin darle a la sociedad nada a cambio, sin indemnización alguna. Y lo va a hacer por motivos de utilidad privada: hoy mismo se ha hecho pública la noticia de que el gobierno prepara ayudas al sector financiero por un importe aproximado de 50.000 millones: ¿cabe un cinismo mayor?
    Eso tiene un nombre: expolio, despojo, saqueo...
    Y los que eso hacen también tienen un nombre.

    Lo que no se le puede negar a este gobierno es, en los poco más de 100 días de ejercicio del poder, coherencia. Las medidas que han ido tomando tienen una lógica aplastante: primero, con la reforma laboral, legalizaron la esclavitud (no es una broma; al trabajo sin derechos no se le puede llamar de otro modo más que esclavitud); y ahora ¿para qué quieren los esclavos la educación? ¿Y a quién le importa la salud de los esclavos?